Mi río corre hacia ti:
Mar azul, ¿me acogerás?
Mi río espera respuesta.
¡Oh, mar!, sé cortés.
Arroyos te llevaré
desde moteados rincones.
Escucha, mar,
¡Tómame!
(Emily Dickinson)

Quise nadar en un río; y lo que pasó te sorprenderá. O no. No pude, sencillamente: estaba prohibido.

Lo intenté en otro, y en otro, y aún en otro. No hubo caso, carteles de prohibición por todas partes: «PROHIBIDO BAÑARSE», «EL RÍO ES PELIGROSO», y tal… Finalmente lo conseguí: una vez, y otra, en sendas travesías organizadas.

Espera, espera: ¿me estás diciendo que la misma Administración que prohíbe bañarse en el río, permite que un día al año se suelte a 200 personas en un tramo de 12 km, sin otra vigilancia que una docena de kayaks y cuatro lanchas? ¿No habíamos quedado en que el río era peligroso? «Sí, pero la travesía es para nadadores experimentados», se justificarán. Pues resulta que, para apuntarme, en ningún caso me pidieron un CV, ni un certificado de aptitud, ni me hicieron una prueba para ver si sería capaz de manejarme en el río…

Resulta además que esta prohibición no se aplica a kayaks y similares. Cualquiera puede ir con su canoa (o alquilarla) y lanzarse al río a la aventura. ¿Y si el tipo no tiene mucha experiencia, se le da la vuelta el kayak y no sabe enderezarlo, o no puede volver a subirse? ¿Y si el kayak es cerrado, y el tipo ni siquiera puede ni salir de debajo cuando ha volcado? Yo diría que ahí hay cierto peligro, ¿no? Pero no está prohibido ir en kayak por el río.

No lo entiendo. No se entiende. No tiene ninguna coherencia.

 

Prohibido bañarse; en el Loira, a su paso por Saumur (imagen por el autor)

 

¡Peligro! (y muertos)

Veamos las diferencias entre bañarse en el mar y bañarse en el río (en lo que a peligros se refiere):

MAR RÍO
Olas No hay olas
Mareas No hay mareas
Corrientes de resaca Corriente constante

Otros «peligros», o más bien incomodidades, podrían ser:

  • Acceso difícil en algunos lugares para salir del agua
  • Agua turbia, con poca visibilidad
  • Suelo que no sea de fina arena blanca

Pero esto nos lo encontramos tanto en ríos como en la costa – de hecho, en cualquier cala de una costa rocosa, por ejemplo; y no verás ningún cartel que prohíba el baño; como mucho, advertencias de precaución.

Así pues, en el río hay peligro porque la corriente siempre te aleja del punto en el que te has metido; ¡y muy rápido, si la corriente es fuerte!

En el mar hay peligro cuando hay muchas olas (de ahí las banderas amarilla y roja); y cuando baja la marea (que puede generar fuertes corrientes que te alejan de la playa); y en las zonas donde se forman corrientes de resaca:

 

Campaña de Protección Civil para fomentar un baño seguro… en las playas

Pero no te prohíben bañarte en la playa, más que con muy mala mar. Con buen criterio, las Administraciones y las webs de turismo se limitan a darnos unos cuantos consejos, todos bastante de Perogrullo; a saber:

  • No te bañes si las condiciones no son óptimas
  • Respeta el color de las banderas
  • Evita nadar lejos de la orilla si hay olas o viento, si eres mal nadador, o si no tienes confianza
  • No te bañes si has bebido alcohol
  • Conoce el lugar en el que te vas a bañar
  • Etc. etc. etc.

Y se confía en que la gente hará (haremos) caso, seremos prudentes. Y no se nos prohíbe el baño.

La fría estadística dice que, en España, mueren ahogadas entre 400 y 500 personas cada año. De ellas, de media:

  • 340 en playas y pantanos
  • 67 en piscinas
  • 45 en ríos

(Fuentes: 1 y 2.)

Pero la gente no se ahoga porque bañarse sea peligroso: se ahoga porque nadan en condiciones que en ese momento les superan.

Cuando quieres salir a nadar observas las condiciones del mar (olas, viento, corrientes, lugares por los que puedes salir del agua, si hay tiburones…); y las tuyas (tu estado de forma, cómo te encuentras en ese momento, tu experiencia en situaciones similares…). Y entonces decides si es seguro meterte en el agua o no. ¿Por qué habría de ser diferente en un río?

Emigremos a Suiza

Recuerdo un viaje que hice a Suiza (¡25 años atrás, ya!). En Berna, gente de todo pelaje se lanzaba al agua en un meandro del río, con una fuerte corriente, y salían más abajo un buen rato después. Y, por lo que veo, se sigue haciendo. Seguro que de vez en cuando se ahoga alguien, pero dudo que sean más que en nuestras súper-seguras playas mediterráneas. ¿Su receta para evitarlo? Una nota al pie de la web de la Oficina de Turismo diciendo:

Es importante tratar al Aar con respeto, y averiguar con antelación los peligros que puede encontrar al nadar. Nadar en el Aar está solo recomendado para nadadores experimentados. El servicio de Salvamento ofrece, a cualquiera que quiera pasar un buen rato en el río Aar, información vital que potencialmente puede salvarle la vida.

Dicho servicio de Salvamento tiene en su web una parte específica dedicada al baño en ríos, cuyos consejos se resumen en:

  1. Solo los nadadores buenos y experimentados deberían aventurarse en aguas abiertas (ríos, pantanos y lagos)
  2. La hipotermia puede causar calambres musculares. Cuanto más fría esté el agua, menos tiempo deberías estar en ella

Y, para asegurarse de que los manuales de prevención llegan a todo el mundo, están publicados en alemán, italiano y francés (idiomas oficiales del país), pero también en árabe, inglés, portugués, serbo-croata, somalí, tamul, tigriña y farsi ¿Es que los españoles ya no emigramos a Suiza? Tal vez deberíamos volver a hacerlo, para poder nadar tranquilamente en el río.


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