Los últimos tres o cuatro veranos he estado buscando apps que permitieran saber en qué playas hay medusas. Encontré unas cuantas, pero todas tenían un trasfondo científico — loable, por supuesto, pero poco útil en el corto plazo cuando lo que quieres es simplemente saber si las habrá hoy o mañana. Y ese es precisamente el fallo que tenían todas: la información que ofrecían no era en tiempo real, ni siquiera algo remotamente parecido. No indicaban la fecha de la última actualización, y no tenían filtros — con lo que marcaban avistamientos de ayer, pero también de 6 meses atrás. Malos tiempos para el método científico, que no admite atajos ni prisas…

Hace pocas semanas encontré esta otra. Le he ido echando un ojo regularmente, y compruebo que los usuarios la van rellenando. En junio todas las notificaciones eran en la zona de Valencia y Alicante, más alguna en Baleares. A día de hoy las hay por toda la costa Mediterránea.

Su funcionamiento es muy fácil: ves medusas en la playa, las cuentas (más o menos — permite introducir 6 rangos, desde 1 hasta >1000 ejemplares), y lo informas en la app. Te geolocaliza directamente, no hace falta que busques la playa donde estás. Las opciones que da son (en el menú «Avistamientos»):
- Hacer una foto de la interfecta desde la app, y subirla
- Cargar una foto que ya hayas hecho con el móvil
- Escoger la especie de medusa, de un campo desplegable
- Informar del tamaño (los rangos son hasta 25 cm, por lo que entiendo que será la medida del diámetro de su umbrela; entiendo también que habrá que hacer una media con todas las medusas que hayas visto: aritmética, geométrica o, mejor aún, ponderada en función de la profundidad a la que está la medusa)
- Hay un campo abierto para comentarios

También hay un apartado «No avistamientos», en que puedes informar solemnemente de que la playa donde estás está libre de medusas.

Otras opciones del menú son:
- Reporte de picaduras (para informar de una picadura, con fotos ilustrativas si procede y si te va el gore)
- «Transecto» (para el caso de que estés haciendo un trayecto en barco y quieras reportar lo que hayas visto)
- El mapa donde se localizan los avistamientos y playas libres
- Primeros auxilios, con una guía interactiva para tratar una picadura
- Una guía de medusas, con fichas de las que son susceptibles de toparnos con ellas (guía que también puedes encontrar aquí)
Por mi parte, encuentro a faltar un botón del pánico: algo en plan «¡SÁQUENME DE AQUÍ YA, POR FAVOR!!»
Las medusas más conocidas por estos lares son las «huevo frito» Cotylorhiza tuberculata, las blancas con ribete lila Rhizostoma pulmo, y nuestra querida y muy urticante amiga Pelagia noctiluca (los nombres comunes son respectivamente «aguacuajada», «acalefo azul» o «aguamala», y «medusa luminiscente» o «clavel», pero ¿de verdad alguien las llama así?

Para los que nadamos, la app está bien porque, filtrando por fechas, puedes ver dónde se han visto medusas en los últimos días. Además el mapa de “avistamientos” también está disponible vía web.


Hay que ser conscientes, no obstante, de que si en una playa no aparecen informadas no quiere decir que no las haya: pudiera ser que no se hayan visto; o que quien las ha visto no haya informado en la app: porque no la conozca, porque no le apetezca, porque haya perdido el móvil, porque no haya vivido para contarlas ni para contarlo…
Igualmente, el mar es ancho y profundo: que las haya no quiere decir que te vayas a topar con ellas. Los que nadamos en Barcelona sabemos de la volubilidad de las medusas, y que no son de fiar: con 10 playas repartidas en 6 km de frente litoral, nunca sabes dónde las vas a encontrar. Hoy están aquí, mañana aparecerán dos playas más allá, y por la tarde irán tus amigos y no encontrarán ni una donde hace tres horas estaba lleno… Juegan a despistarnos, van a donde les apetece; al fin y al cabo, el mar es más suyo que nuestro.
En cualquier caso, la app será útil en tanto que los que vamos regularmente al mar queramos que lo sea, y nos impliquemos en llenarla de información.

El proyecto
La app se ha desarrollado como producto derivado del proyecto CUBOMED. Copiando directamente de su web:
CUBOMED es un proyecto de conservación de la naturaleza, enmarcado dentro del programa europeo LIFE+, que aborda la problemática ocasionada por la proliferación masiva de la cubomedusa Carybdea marsupialis en algunos puntos del litoral mediterráneo español.
Uno de los objetivos principales del proyecto LIFE CUBOMED es desarrollar un método y una técnica para la detección y cuantificación de Carybdea marsupialis con el fin de proponer un conjunto de soluciones que reduzcan su población y su tasa de crecimiento, además de aclarar las características ambientales y ecológicas que pueden conducir a las poblaciones de esta cubomedusa a desarrollar un crecimiento exponencial. Es también un objetivo del proyecto el estudio de las consecuencias que las proliferaciones masivas de esta especie podrían tener sobre la integridad de los ecosistemas costeros.
El programa (oficialmente: LIFE+NAT ES0064 “CUBOMED” Desarrollo y demostración de métodos de erradicación y control de una especie invasora, Carybdea marsupialis (Cubozoa), en el Mediterráneo español) lo desarrollaron en la Universidad de Alicante, en colaboración con el CSIC, y fue co-financiado por la UE dentro del marco del programa LIFE+. Nació específicamente para investigar unas pequeñas cubomedusas que asustaron a los bañistas dianenses en 2008 y 2009.

LIFE CUBOMED se desarrolló entre 2010 y 2015, tal y como estaba previsto inicialmente. La web parece parada desde 2016. Como continúan haciendo actividades educativas, no obstante, su página de FB sigue activa.
Buscando los informes que entiendo se deberían haber presentado al finalizar el proyecto, las únicas cosas relevantes que he encontrado son:
- A través de las investigaciones realizadas en este proyecto, se pudo conocer con detalle el ciclo de vida de esta medusa
- Pese a lo que inicialmente se afirmaba en el nombre del proyecto, mediante estudios genéticos se concluyó que esta especie es característica del Mediterráneo, por tanto no invasora — aparentemente esta es la única conclusión obtenida del proyecto
- Este breve informe de resultados
- Esta tesis doctoral, que ahonda un poco más en el informe y en la información de la web
- Se nombran 10 publicaciones científicas, que no he encontrado
- La app de la que acabo de hablar
- Esta paupérrima presentación, donde se afirma que el proyecto ha servido para mostrar que:
Las explosiones de medusas en el Mediterráneo español están ligadas a la descarga desde plantas de tratamiento de aguas residuales (una relación complicada con el turismo), lo que debería convencer a las autoridades regionales de invertir en nuevas plantas de tratamiento de aguas residuales.
En ningún sitio he sabido encontrar la cantidad de fondos (quiero decir dinero, no fondos marinos) que se destinaron al proyecto. Dados los resultados, o al menos el acceso a ellos, espero que no fuera mucho. Recordamos al amable lector, no obstante, que el saber no ocupa lugar.
Cubomedusas
Estas medusas con nombre de villano de peli de serie B son relativamente peligrosas. Hay unas 50 especies dentro de la clase de los Cubozoos (esto es, las cubomedusas). Todas ellas viven en regiones tropicales y subtropicales.
El nombre científico de nuestra protagonista de hoy remite a las antípodas: Carybdea marsupialis. Desde 1978 se la había visto puntualmente, sobre todo en costas italianas; pero parece ser que desde un avistamiento masivo en 2008 en Denia (Alicante) se han venido observando con regularidad. Como he dicho más arriba, una de las conclusiones del estudio es que se trata de una especie particular del Mediterráneo, y que siempre ha estado aquí (bueno, siempre siempre, no: las medusas aparecieron en la Tierra (en el mar, claro), hace más de 500 millones de años, siendo de las primeras especies de animales complejos).

Su nombre común es avispa de mar, pero tiene poco que ver con su prima la avispa de mar Chironex fleckeri, la de verdad, la que tiene tentáculos de hasta 1 metro y con veneno suficiente como para matar a entre 60 y 600 australianos (según las fuentes, lo cual quiere decir que seguramente esté más en el rango bajo; pero ese no será el mayor de tus problemas si te pica una…). Claro que si no es una avispa de mar será un tiburón blanco, un pulpo azul, o un cocodrilo poroso. ¡Si hasta el simpático ornitorrinco tiene veneno! También tienen una versión moderna del velociraptor. Y aquí seguimos nosotros, quejándonos de que hay demasiadas pelagias cuando el agua se calienta…; pero me estoy yendo por las ramas.

Luego está la otra prima, la irukandji (Carukia barnesi), pequeñita como la de aquí pero matona (no literalmente, por suerte). La podrás saludar — lo habrás adivinado —, en tus próximas vacaciones por Australia. Su picadura provoca en pocos minutos unos síntomas que se han agrupado bajo el nombre del Síndrome Irukandji; el más curioso parece ser una sensación de muerte inminente — probablemente agravada por el dolor extremo que se va sintiendo. Dado que la picadura apenas se nota, la causa de este Síndrome fue un misterio durante años, hasta que en 1952 se pudo relacionar con la picadura de la medusa.
Y antes de terminar, no me puedo resistir a enlazar unos vídeos de medusas abisales, que es poco probable que te encuentres nunca:
Créditos:
- Las capturas de pantalla son de la app https://play.google.com/store/apps/details?id=com.medusapp
- Las imágenes (excepto donde se indique lo contrario) y fichas, de la parte de Comunicación de la web de LIFE CUBOMED
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