Antes de que nuestros inefables políticos nos sitiaran (aunque hoy no hablaré de ellos) estuve nadando en el pantano de la Baells. Así que voy a seguir surfeando la ola cultureta a la que se ha subido el blog últimamente — pero tranquila, no reseñaré ningún libro): hoy toca post de playa, de una manera diferente de ir a la playa. ¿Te vienes?
Daremos un pequeño rodeo, pasando por el apartado «Fotoblog» en el encabezado de esta web, que por algo está ahí: porque me gusta la fotografía. Saltamos luego a un convento — muy adecuado en estos tiempo de clausura. O más bien un Konvento, espacio dinamizador de la cosa cultural en la Catalunya interior, la que está más allá del escaparate (en todos los sentidos de la palabra) que es Barcelona:
Un centro artístico multidisciplinar (…), una manera de hacer y entender la cultura arraigada al territorio (…), con la voluntad de dignificar el entorno, un paisaje único mutante donde contenido y continente a menudo no encajan.
Konvent encaja aquí, como habrás adivinado, porque está a un tiro de piedra de la Baells.
(Un paréntesis: «el territorio» es como llamamos en Barcelona todo lo que queda más allá de nuestra área metropolitana, como si fuera otro mundo, con un tufillo a esa superioridad que nos da el ser capital de algo. Vamos, como cuando los de Madrid hablan de «los de provincias»… Un discurso que, curiosamente, mucha gente «del territorio» ha comprado.)
En el enorme salón que hace las veces de bar en Konvent, me vi sorprendido por TRIBUS, una exposición inquietante: fotos casi de estudio, con un decorado de fondo real que bien podría ser la playa de Castefa. Los protagonistas, familias con aire setentero en las antípodas del estilo fitness de hoy. Especímenes a los que miramos con una mueca de disgusto cuando pasamos junto a ellos de camino al agua, pensando en por qué invadirán nuestra playa, nuestro paraíso. Una galería de marcado estilo feísta que nos desnuda, inquietante y honesta, mostrando nuestra verdadera alma: la que intentamos esconder detrás del bañador de marca y unas gafas de sol molonas. Esa alma, esas fotos no las verás en Pinboard ni en tu feed de Instagram. O más bien sí, aquí.
Fotos fantásticas, en todos los sentidos. Puedes ver toda la serie en la web de la autora, Lucía Herrero; o en directo, si te queda cerca Konvent. ¡Merece mucho la pena!
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